En una oportunidad un amigo vino a mí afligido, porque hacía tiempo que se había quedado sin empleo y aunque estaba buscando por muchos lugares, todavía no conseguía el trabajo para sustentar a su familia.
El motivo de su aflicción era que lo estaban acusando y persiguiendo aquellos que lo tenían que ayudar; aunque que él no mendigaba a nadie, ni pedía prestado. Y los que lo acusaban no sabían si él tenía dinero guardado. La intención de los acusadores era mostrarle a los demás que había una persona que no obedecía a Dios y que algo no estaba haciendo bien.
Esas malas personas tristemente usaban mal un texto de la Biblia que muchos conocen.
Ellos le decían esto: "El que no trabaja, que no coma".
Y yo le dije: ¡Quedate tranquilo porque ellos han usado mal la Palabra del Señor, y Él sabe todas las cosas!
Esto es lo que dice exactamente la Biblia que es la Palabra del Dios Eterno: